Origen de las Pascuas

Hola amig@s,

En España y en los países latinos la Pascua la identificamos con la Pascua de Resurrección de Cristo, pero algunos habréis oído que hay una Pascua judía, también hay una Pascua católica ortodoxa, y quizá menos conocen que hay una Pascua con características paganas en Europa denominadas Ostern en Alemania, Easter en Inglaterra, Holanda, Bélgica…enfocadas en la llegada de la primavera, honran la resurrección de la de la vida que brota como nueva una vez más en la rueda del año.

Conejos, símbolos de la procreación

Todas tienen un origen común en el pasado de los tiempos y es el Equinoccio de Primavera.

Todas las regiones del mundo han practicado una observación de los ciclos de la Naturaleza, cómo cambia el clima, el paisaje, la vida de la fauna y las verduras del lugar, y cuánto puede llegar a afectar a sus habitantes, pues cambia las labores del campo, afecta al estado de ánimo, etc. Su salud y sus cosechas dependían de ello. Y por ello las fuerzas de la naturaleza han llegado a ser reverenciadas y deidificadas debido a su gran importancia para que todo esté equilibrado y en armonía, la lluvia, el agua, el sol, la fertilidad, la fecundidad, la tierra, el árbol.

Se sabe que los pueblos celtas celebraban la llegada de la primavera con rituales para la fecundación del ganado y para la prosperidad de la siembra dado que en estos días del año da comienzo. Festejaban con romerías (es la época del romero en flor tiñendo los prados) y juegos para regocijo de la llegada de los días luminosos, quemaban lo viejo, ayudaban a limpiar el cuerpo con ayunos previos, compartían regalos, hacían comidas familiares, deseaban crear nuevas uniones matrimoniales y engendrar hijos.

La concepción de la vida, su misticismo, estaba recogida en el huevo. Era el símbolo de la primavera. Y en todo el mundo se entendía esta filosofía. Hoy perduran los huevos de Pascua en los chocolates y en los pasteles, las Monas de Pascua....La leyenda del conejo blanco que escondía huevos mágicos al pie de los árboles...,juegos...cuentos...

El judaísmo hasta hoy en día incluye un huevo cocido por comensal en su cena de Pascua. Este pueblo de orígenes tan peculiares se fue haciendo poderoso e inflexible, en su entorno, hasta que un día se encontró con un desdoblamiento de sus filas, el cristianismo. Nació de judíos, manteniendo las tradiciones judías, y creció como un árbol con varias ramas que no se tocan. Ambas religiones llegaron a adquirir un dominio casi mundial gracias a las motivaciones político-religiosas de sus gobernantes.

En el caso de ambas las celebraciones de bienvenida a la primavera se fueron institucionalizando en torno a mitos heredados de dioses y diosas inspirados en las fuerzas de la Naturaleza, en ocasiones humanizados, variando sus nombres y cambiando los escenarios, para dar la razón de ser a un pueblo. Historia y leyenda se conjugan como raíces profundas de ambas Pascuas desde los tiempos de Babilonia, pasando por Egipto hasta Jerusalén.

Diosa Ishtar

El cristianismo cometió toda clase de intolerancias creando el miedo, el terror y la censura. Trató de hacer en Europa y en donde ha podido, una sociedad de prejuicios en la que entre los propios habitantes se mantuviera el orden impuesto por su fe. Poco tiene esto que ver con el mensaje de su patrocinador, Jesús, el primer hombre que habló del Amor, el perdón, la igualdad, precursor de los derechos humanos, abridor de mentes…

Huevos de Pascua

La Pascua es una celebración mundial en torno a la bienvenida de la primavera y su energía vital, renovadora.

Os invito a sentir el aliento fresco de la madre Naturaleza que se renueva, el comienzo de todo, ayudaros a la salud con pequeñas limpiezas internas para refrescar la sangre (de ahí viene el ayuno de Cuaresma). Compartir el pan, regalar huevos sintiendo el significado de dar prosperidad, abundancia. Los rituales hechos mirando al este y a la diosa de la luz, de la fertilidad y las cosechas, la diosa madre del mundo antiguo: Istar, Ostera, Eostrum, Esther, Astharte, Isis, (persa, hebrea, Canaan, egipcia, fenicia, sumeria, griega, babilónica, celta..), de ella deriva el arquetipo divino omnipresente otorgado a María, la madre de Jesús pues siempre hemos rezado a la diosa madre, lo llevamos en la sangre. De ahí recibe el nombre el punto cardinal por el que nace el Sol.

A pesar de todo lo sucedido en estos últimos siglos años de grave imposición católica, hay gente inteligente, respetuosa con la naturaleza, que sabe que Todo tiene un fundamento masculino y femenino en las personas y en la naturaleza, configura el ritmo de la vida. En cierta manera cada uno de nosotros somos dioses y diosas creadoras. Somos hij@s de la Tierra.