LA HORA, EVOLUCION E INTERESES
Ante el misterio del día y la noche, y el
de la sucesión de las estaciones, el ser humano ha querido controlar el tiempo,
conocer en qué momento estamos, para adelantarse a las migraciones de los animales
de cara a la caza, para organizar la tarea agrícola y las hazanas del hogar.
Conocer el tiempo nos ha dado previsión, orden, mejor aprovechamiento. Pero ya
que el tiempo es el dueño de nuestra vida terrenal, si te haces el
administrador de las horas, te haces gobernador del tiempo de las personas.
Para contar sobre la historia de la hora en
nuestro país, se me hace necesario escribir unas letras sobre el reloj…
Reloj de sol de 1765, Argote, Burgos |
El
Sol es el director del tiempo, y la Luna nos lo administra. Los
relojes calculan la posición de la Tierra respecto al Sol.
En
el mundo antiguo se construyeron observatorios astronómicos líticos para
identificar entre otras cosas, las horas del día según la posición del Sol. Los
egipcios inventaron el reloj de agua, Hiparco de Nicea, 150 años antes de
nuestra era, descubrió los meridianos y la división del día en 24 horas, y los
semitas los 7 días de la semana.
El
paso del tiempo ha sido llevado por el ritmo del calendario agrícola.
Merece comentar que el calendario más antiguo de la humanidad ha sido hallado
en Escocia. Es lunisolar a diferencia del calendario egipcio, que solo era
solar; proporcionaba una corrección astronómica anual para mantener el vínculo
entre el paso del tiempo, indicado por la luna, el año solar y las estaciones
asociadas. Tiene una antigüedad de 10.000 años. Es el doble de antiguo y de
complejo que el calendario egipcio, tenido hasta hace unos años como el más
antiguo de la humanidad.
Calendario más antigua del mundo. Escocia |
Sin pensar en meridianos, entendíamos que
cuando el sol está en lo más alto de su curso diario, señala el medio día, y
que en base a eso, se atiene la hora de toda la región circundante.
En
la Edad Media la iglesia se hizo la dueña de los ritmos agrícolas,
superponiéndoles un plan litúrgico, y no solo marcó así las estaciones y los
rituales de tránsito, sino que mantuvo un orden social diario, a ritmo de
campanadas desde las torres de sus iglesias. Dios se adueñó de
nuestro tiempo, desde el nacimiento, hasta que “toca a muerto”.
En el 600, los monjes benedictinos promovieron por toda Europa los relojes de sol en las iglesias, para organizar al pueblo a los horarios de los oficios religiosos. Las misas se calculaban con reloj de arena,
según su tamaño, para según que ritual.
Desde la Edad Media el reloj se hizo una
herramienta muy valiosa para los comerciantes y para la navegación, para calcular
el tiempo que lleva elaborar los productos o para calcular la duración de un
viaje. De hecho el Instituto de la Marina sigue siendo el custodio del tiempo
oficial de un país.
Los ingleses fueron los pioneros en
relojería, siempre creando avances técnicos.
Los
primeros relojes mecánicos tuvieron un mecanismo grande y pesado, llegaron desde
Inglaterra a España a finales del 1300. Se instaló uno atado a las campanas de la torre de la iglesia de santa María, Sevilla. Muy lentamente se vieron más en algunas torres, en la
fachada de alguna iglesia.
Poco a poco fue evolucionando el reloj de
pared. Los péndulos se añadieron hacia el 1700, luego solo fueron de un
péndulo. Se inventó el reloj de cucú.
Reloj de cuco, Austria 1715 |
Los relojes, los controladores del tiempo, fueron patrimonio de la Iglesia, de los reyes, de la alta sociedad y de la Marina. Existen unas magníficas colecciones de relojes y cronómetros, importados y posteriormente, de fabricación nacional.
Reloj de sobremesa, colección de la Corte española, 1815 |
Pero el pueblo continuaba a toque de campana de iglesia.
Desde el 1800 se abaratan los costes de los relojes mecánicos y sustituyen definitivamente a los de sol.
En
1866 un
prestigioso relojero español afincado en Londres, que diseñaba lo mejor para la
Armada inglesa y para otras instituciones, regaló a la reina Isabel de España
por su cumpleaños, el reloj de la Puerta
del Sol. Fue el primer reloj de
precisión para dar la hora a la gente. Reemplazó al que había, que se
paraba y se retrasaba día si, día también. Daba la hora del meridiano de
Madrid, todo un referente.
Poco a poco fue habiendo relojes en las
plazas de ciudades destacadas. En esa época, en Madrid solo había un reloj más
en la calle, situado en la pared de una iglesia que ya no existe, cerca de la
puerta del Sol, y era más imperfecto e inexacto que el antiguo reloj de la
puerta del Sol.
Mecanismo del reloj de la torre de Peñafiel, s XIX |
Para
unas sociedades que iban avanzando en relaciones nacionales e internacionales
de todo tipo, se hacía imprescindible
alcanzar un orden en lo referente al ajuste de la hora. La petición y la solución vinieron por
parte de Inglaterra con la elección del meridiano 0, el llamado meridiano de
Greenwich (MG).
En la Conferencia Internacional del
Meridiano celebrada en 1884 en Washington, EEUU, se adoptó como referencia
mundial el meridiano 0, o de Greenwich. Recibe el nombre del antiguo Real
Observatorio Astronómico de Greenwich, Londres.
Hasta
el 1900 se manejaban horas distintas e imprecisas dentro del territorio español, unas
guiadas por el reloj de la catedral, la
hora del meridiano de la localidad, o incluso, el de una destacada ciudad
tomada por referencia. Imaginar las complicaciones para los ferrocarriles,
la navegación, los telégrafos y los asuntos burocráticos.
No solo era el caso de España, ocurría lo
mismo en todo el mundo.
Seis
años después, en el 1900, España estableció como hora legal, para todo el
territorio español, la hora del meridiano 0. La posición geográfica
de España se encuentra dentro del meridiano 0, excepto Galicia y las islas
Canarias, que están situadas geográficamente en el meridiano -1 en la misma
línea que se haya Portugal y las islas británicas, es decir, 1 hora menos que
en el resto de la península.
Alfonso XII y María Cristina |
En el Real Decreto de 26 de julio de 1900
firmado por la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena, se estableció
que “los servicios de ferrocarriles, correos y telégrafos, líneas de vapores de
la península y Baleares, los servicios de los ministerios, tribunales y
oficinas públicas, se regularan desde el 1 de enero de 1901 con arreglo al
tiempo solar medio del meridiano de Greenwich (TMG)”.
Extraña dejadez, pues se trataba de lugares
de abundante tránsito marítimo, tanto nacional como internacional.
Durante la Primera Guerra Mundial (1914 a
1918), los militares usaron relojes de pulsera, pues se trataba de una forma
rápida para ver la hora. Después pasó a ser de uso civil. Principalmente
llevados por hombres, unos elegían el reloj de bolsillo y otros el de pulsera.
En
1918 y 1919, por primera vez, y para ampliar la producción ante la crisis de
carbón derivada de la primera guerra mundial, España y más países europeos,
añadieron 1 hora durante 5 meses estivales.
Los políticos y los empresarios se
adueñaron de nuestro tiempo.
En 1921,
el Almirantazgo británico pidió a España reiteradamente respuesta, sobre si se
había establecido en las islas Canarias la hora oficial de acuerdo con su huso
horario correspondiente. Por fin se estimó su importancia y se regularon. En
el Real Decreto de 11 febrero de 1922
se estableció que “a partir del 1 de marzo el servicio de gobierno civil y
militar, telégrafos y transportes y demás asuntos burocráticos, se regularan
con arreglo al tiempo solar correspondiente a su huso horario”, es decir el
meridiano -1.
Durante la Guerra Civil (1936 a 1939) hubo
dos horas diferentes a la vez en España, promovidas por cada bando: el
republicano y el sublevado (autodenominado nacional).
Después de la Guerra Civil, durante la dictadura militar del general
Franco (1939 a 1975), la hora oficial fue dada al pueblo a través de la radio.
Todo esto nos queda lejano, anecdótico, pero lo que vas a leer a
continuación afecta en nuestro presente:
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939 a
1942), Alemania impuso su huso horario a los territorios ocupados.
En
1940, España, al igual que otros países de Europa, volvió a añadir la “hora de verano”
ante la crisis económica derivada de la Segunda Guerra Mundial. La
Orden de 7 de marzo de 1940, publicada en el BOE el día 8, dispuso que el
16 de marzo se añadiera “1 hora”. Franco quiso que España tuviese la misma hora
que los nazis, así que en septiembre no publicó la fecha para el
restablecimiento de la hora, tal y como se había hecho en las anteriores
ocasiones. Nunca hubo restablecimiento de nuestra hora solar.
La Cámara de la Peseta estimó que “la hora
del meridiano de Berlín era perfectamente recomendable, ya que el huso horario
+1 es utilizado en bastantes países”.
Como la orden no hizo mención a las islas Canarias,
se dedujo que también las islas también pasaran a regirse por el meridiano
siguiente, el 0. Desde 1940 hasta hoy, las islas Canarias también llevan 1 hora
adelantada en el reloj.
Merece
una mención especial el caso de la hora en Galicia, porque estando situada en
el meridiano -1, la imponen como hora oficial la del meridiano +1. Hoy día marca
2 horas de adelanto porque se sigue rigiendo por la hora del meridiano de Alemania.
Y por si fuera poco grave, le meten la ya tradicional “hora de verano” durante
7 meses. Porque recordemos que desde 1996 el periodo se ha
extendido a 7 meses.
Los ingleses crearon en 1955 el primer
reloj atómico, capaz de calcular el segundo con exquisita precisión. Desde
entonces el término Tiempo Universal Coordinado (UTC) se estableció mundialmente
como el término moderno que sustituye al Tiempo Medio de Greenwich (GMT).
En
1974 se reinstauró en España y en muchos países europeos la “hora de verano”
ante la crisis energética derivada del incremento de los precios del petróleo,
causado por el embargo iniciado en octubre de 1973 por algunos de los principales
países productores. Y se sigue añadiendo
hasta nuestro presente, sistemáticamente, ahora por otros intereses.
Pero
observar que la hora en España ya estaba adelantada en 1 hora todo el año.
A la muerte del dictador se hizo público un
Real Decreto (2781/1976, 30 octubre, BOE 8 de diciembre) que dice: “la escala
de tiempo universal coordinado (UTC) que actualmente mantiene el Real Instituto Observatorio
de la Armada (ROA), se considerará en lo sucesivo como la base nacional de la hora
legal en España”.
Y en el Artículo 149, capítulo tercero del
título III de la Constitución Española de 1978 dice: el Estado tiene
competencia exclusiva sobre la determinación de la hora oficial.
Con estas dos franquicias de la hora,
militar y política, y dentro de la política está la comercial, al pueblo
español moderno se le está haciendo muy difícil luchar para el restablecimiento
de nuestra hora solar.
En
1996 la hora de verano se extendió a 7 meses nada menos. Desde entonces, el
gobierno nos mantiene el año dividido en dos periodos:
1)
Uno
de 5 meses, que son los más fríos, en los que ponemos la
calefacción. Aquí España ya va con 1 hora de adelanto y Galicia con 2.
2)
Y otro
de 7 meses, que incluyen temperaturas frescas propias
de los dos equinoccios, donde seguimos usando la calefacción, más el verano,
época de los aires acondicionados. Viene a ser de 28 de marzo a 28 de octubre. Es
decir, 7 meses con 2 horas de adelanto, y Galicia con 3.
La Asamblea Parlamentaria del Consejo de
Europa aprobó en 1999 la Recomendación 1432, por la que invita a los gobiernos de Francia, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, y
muy especialmente a España por estar en el extremo oeste de
Europa, a considerar el restablecimiento de la hora oficial que corresponde a
su huso horario 0, lo cual permitiría su adopción por los procedimientos
democráticos que la legitimarían, pues
la adopción del huso +1 en estos países tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial.
"Volver
al horario de Greenwich favorece la salud, mejora la conciliación del sueño,
aumenta la productividad en los trabajos y reduce los gastos" explica La
Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles y su
Normalización con los demás países de la Unión Europea.
Las
horas de sol serían las mismas, solo que el reloj marcaría la hora verdadera o
natural. Como veis, se trata de un engaño para mente, y para los turistas. Pues
se asombran de que tenemos la hora de Austria en el reloj, pero hace sol hasta
la noche. Tampoco ellos encuentran el momento de echarse a dormir.
Aun con
la hora verdadera, España seguiría siendo el país que más tarde anochece de
Europa por estar en el extremo oeste del continente y a menor latitud, además
en Galicia y Portugal anochece aun más tarde que en el resto de la península por
su posición geográfica de extremo occidente.
Y así seguimos hoy día, acusando una serie
de consecuencias (incluso económicas) derivadas del desajuste natural respecto
a las horas de luz y oscuridad naturales. (Dichas consecuencias las expondré en
el artículo de “La historia de la hora de verano”, que publicaré a mediados de
marzo de 2015).
El tiempo corre. Y como dice una amiga mía,
“el pueblo tiene mala memoria…”
Del engaño de la hora, surge todo un aprovechamiento
hacia los individuos españoles, que afecta en la
prolongación de nuestra jornada laboral, problemas del sueño y de las comidas,
la conciliación familiar, mayor gasto energético y una excesiva emisión de CO2
a la atmósfera. La realidad es que nos hacen trabajar de día, y se nos han reducido
las posibilidades para disfrutar de ocio a la salida del trabajo.
En la actualidad, con el estilo de vida
moderno, los españoles nos estamos dando cuenta de que se hace necesaria una
reordenación de nuestro tiempo.
Boudica.
Menuda bazofia de artículo, repleto de juicios de valor y declaraciones de intenciones. Su valor técnico es cercano a 0.
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